Además de ácido, el estómago produce enzimas digestivas que colaboran en la descomposición de los alimentos que llegan a él. La función de estas enzimas, llamadas pepsina, quimotripsina y tripsina, es romper las proteínas y aminoácidos para que los intestinos puedan absorberlos con facilidad.
La prueba Peptest, diseñada por el doctor Peter Dettmar, analiza la pepsina de la saliva. Puesto que esta enzima no debe existir fuera del estómago, su presencia en la saliva prueba la presencia de reflujo extraesofágico. Es una prueba sencilla que se puede realizar en casa. Basta con adquirir el kit y enviar las muestras a un laboratorio.
Este sistema se ha utilizado para detectar el reflujo extraesofágico en niños con otitis media. Un artículo publicado en International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology en mayo de 2015 y titulado “Diagnóstico del reflujo extraesofágico en niños con otitis media crónica con efusión” en el que se utilizaba la prueba Peptest [t-viii] observó lo siguiente: “Se detectó pepsina en un tercio de las muestras extraídas del oído medio de los pacientes con OME. Es posible que estos pacientes presenten un reflujo más grave y por lo tanto sean candidatos potenciales para la terapia contra el reflujo. Sin embargo, es necesario confirmar este extremo con más estudios”.