El análisis de esputo, que se encuentra todavía en fase de pruebas, analiza los cambios en la forma en que los genes se expresan cuando las células comienzan a transformarse en cancerosas. Las células desprenden pequeñas cantidades de su ADN y ARN a la sangre, que a continuación se transfiere a la saliva. El ADN no solo contiene los genes que determinan la configuración del cuerpo, sino también los interruptores que pueden activar esos genes. El
estudio de estos mecanismos se conoce como epigenética. El ARN es la molécula que se produce cuando se activan genes concretos.
A continuación se traduce a proteínas, que operan en el interior de las células. Los nuevos análisis de saliva tratan de evaluar las diferencias en los niveles de ADN y ARN entre los pacientes sanos y los que padecen cáncer, e intentan utilizar esos cambios para detectar el riesgo de cáncer.
Un estudio publicado en 2018 subrayaba: “El microbioma oral de los pacientes con esófago de Barrett presentaba unas alteraciones notables e identificaba este trastorno con una precisión relativamente alta. El microbioma oral representa un marcador potencial para el diagnóstico del esófago de Barrett”.
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