Pensemos en el estómago como si fuera un globo lleno de líquido. El esfínter esofágico inferior debería mantener bien cerrado el extremo del globo. Sin embargo, a algunas personas el esfínter no les funciona tan bien como debería y el extremo del globo no está cerrado con la firmeza necesaria.
Si el globo se llena demasiado, se aplasta, se agita o se inclina, su contenido puede derramarse. Así pues, para reducir el reflujo debemos asegurarnos de no llenar demasiado el estómago. La mejor forma de conseguirlo es comer poco y a menudo.
El exceso de grasa corporal oprime el estómago, así que puede ser necesario perder algo de peso. También deben evitarse las prendas ajustadas.
El ejercicio tras la comida debería consistir únicamente en una actividad ligera y en posición vertical (como caminar, que ayuda a la comida a pasar por el estómago) que no implique inclinarse hacia delante.
Es importante mantener una posición erguida mientras la comida pasa por el estómago. Hay que dejar un período de al menos 3 horas entre la última comida y el momento de irse a la cama.
Si se levanta la cabecera de la cama entre 15 y 20 cm, la gravedad ayudará a mantener los contenidos residuales en su lugar, y es más difícil que exista reflujo si nos tumbamos sobre el lado izquierdo.
¿Cómo reducir el reflujo?
No existen soluciones fáciles para combatir el reflujo con medicamentos. La mayoría de la gente se ve obligada a realizar cambios en su estilo de vida, como los que se señalaban anteriormente.
Hay medicamentos antieméticos, como la domperidona y la metoclopramida, que pueden ayudar a algunos
pacientes, y hay quienes han observado que el consumo de IBPs sirve para reducir en cierta medida los síntomas del reflujo.
Si los cambios en el estilo de vida no funcionan, la cirugía puede ser una opción válida. El tratamiento de referencia es la funduplicatura de Nissen por laparoscopia.
No obstante, existen en la actualidad nuevos dispositivos y tratamientos que pueden mostrar su eficacia en el futuro.