El concepto que aplica Enteryx es sencillo. Se inyecta una sustancia que añade volumen a las paredes del esófago cerca de su unión con el estómago para mejorar el esfínter esofágico inferior.
Los ensayos con pacientes comenzaron en el año 2002 y las perspectivas eran muy optimistas. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó su uso en abril de 2003.
En septiembre de 2003, un artículo de investigación publicado en American Journal of Gastroenterology [r-xxxix] se expresaba así en las conclusiones: “La implantación del sistema Enteryx permite que la mayoría de los pacientes puedan abandonar la terapia con IBPs, mejora sus síntomas y reduce la exposición esofágica al ácido. Los efectos de esta implantación son duraderos y la morbilidad es mínima y pasajera.
El procedimiento requiere habilidades endoscópicas básicas y parece ser una opción útil para un abordaje clínico eficaz de la ERGE”.
Otro artículo, aparecido en 2005 en Gastrointestinal Endoscopy [r-xl] señalaba: “En conclusión, este estudio abarca una gran cohorte de pacientes con ERGE y dependientes de la terapia con IBPs que se sometieron a una implantación de Enteryx en el esófago distal. Los resultados indican que Enteryx es una terapia endoluminal segura, eficaz y duradera para la mayoría de los pacientes tratados”. Sin embargo, la misma publicación incluyó un estudio de caso en el que se habían producido complicaciones. [r-xli]
En octubre de 2005 la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos emitió un Aviso Preliminar sobre Salud Pública [r-xlii] y los fabricantes retiraron el dispositivo.
En el año 2014, la revista Journal of Radiology Case Reports publicó un caso en el que la sustancia para añadir volumen se había inyectado en una arteria visceral. [r-xliii]
El texto añadía: “La inyección endoscópica de Enteryx en el esfínter esofágico inferior acarrea el riesgo de una inyección intravascular inadvertida y la migración del polímero a las arterias viscerales. Aunque el producto se ha retirado del mercado, en el futuro pueden desarrollarse sustancias similares y los profesionales médicos han de ser conscientes de las complicaciones potenciales de esta inyección y de los riesgos de embolia intravascular. Una prueba previa en la que se inyecte contraste antes de la mezcla
de polímeros puede ayudar a determinar la ubicación de la intervención y mejorar la seguridad del procedimiento”.