El Esófago de Barrett es una condición que afecta a la mucosa del esófago, el tubo muscular que transporta alimentos, líquidos y saliva de la boca al estómago.

Normalmente, el esófago está recubierto por una capa de células cortas, rechonchas, llamadas células escamosas. Este revestimiento es similar a la piel en que es de múltiples capas y protege el esófago del daño causado por ingestión de alimentos. Cuando los jugos gástricos y duodenales suben hacia el esófago (llamado reflujo) varias veces durante un período prolongado, esta exposición repetida al ácido y la bilis puede dañar el revestimiento del esófago. La lesión se llama esofagitis.

En algunos casos, como se produce la curación del revestimiento escamoso normal se sustituye por células que se asemejan a las del estómago o el intestino, un proceso llamado metaplasia o cambio en la forma celular. Es este revestimiento anormal lo que se denomina esófago de Barrett.

El Esófago de Barrett es el resultado de la exposición crónica del esófago al ácido y el contenido del estómago y a veces la bilis desde el intestino. Este retrolavado o reflujo del contenido gástrico e intestinal se llama gastro-esofágico enfermedad por reflujo, comúnmente conocida como ERGE.

La exposición prolongada al ácido biliar de las células normales pueden experimentar un cambio genético y se transforman en células columnares altas semejantes al estómago o el intestino delgado. Estas células de Barrett son vulnerables a nuevos cambios, llamados displasia.

El Esófago de Barrett es el resultado de la exposición crónica del esófago al ácido y el contenido del estómago y a veces la bilis desde el intestino. Este retrolavado o reflujo del contenido gástrico e intestinal se llama gastro-esofágico enfermedad por reflujo, comúnmente conocida como ERGE.

La exposición prolongada al ácido biliar de las células normales pueden experimentar un cambio genético y se transforman en células columnares altas semejantes al estómago o el intestino delgado. Estas células de Barrett son vulnerables a nuevos cambios, llamados displasia.

Las personas con esófago de Barrett suelen tener reflujo ácido. Si usted sufre de acidez estomacal persistente no lo debe pasar por alto y es posible que necesite tratamiento para los síntomas y una endoscopia para ver si usted tiene esófago de Barrett. Algunas personas pueden tener muy pocos síntomas a pesar de tener reflujo.

El Barrett se diagnostica mediante un examen llamado endoscopia. Se trata de una pequeña cámara en un tubo delgado que se pasa a través del esófago para que el médico pueda observar la cubierta. El médico también tomará muestras pequeñas de las células, llamadas biopsias, para que puedan observarlas bajo el microscopio. Esto es importante ya que el diagnóstico sólo puede ser realizado con precisión cuando las células se asemejan el estómago o al intestino. Actualmente no se puede evaluar esto sin el uso de un microscopio.

En un número muy pequeño de pacientes a los cambios en las células pueden convertirse en cáncer. Alrededor del 0,5 por ciento anual de las personas con esófago de Barrett experimentarán cambios en los tejidos que pueden malignizar. Es por eso que las personas con esófago de Barrett se les insta a tener chequeos regulares.

El seguimiento busca células que comienzan a mostrar cambios anormales y pueden desarrollar displasia. La displasia se produce mucho antes de que se desarrolle el cáncer. El control regular: el tratamiento se puede dar cuando los cambios comienzan a verse en el estado de displasia de alto grado, antes que el cáncer se desarrolle.

En España se estima que tienen Esófago de Barrett unas 2.500.000 personas, pero que solamente están diagnosticas unas 400.000.

Lleva el nombre de Norman Rupert Barrett (1903-1979) nació en Adelaida, Australia del Sur y fue educado en Eton y en el Trinity College de Cambridge. Se graduó en St Thomas ‘Hospital, en 1928, convirtiéndose en cirujano en el St Thomas’ y Hospitales de Brompton en Londres. En 1950, fue uno de los primeros en describir la transformación de la mucosa del esófago el estado que lleva su nombre.

La mayoría de las personas con Esófago de Barrett no tienen una historia familiar, aunque puede haber otros miembros de la familia que tengan los síntomas de reflujo pero no se han hecho una endoscopia. En una pequeña proporción de los pacientes con esófago de Barrett hay otros miembros de la familia afectados. Esto sugiere que puede haber una contribución de genes heredados a esta enfermedad. Los genes particulares no son conocidos y no existe una prueba genética. Esta es un área activa de investigación que ya se está llevando a cabo.

En un número muy pequeño de pacientes a los cambios en las células pueden convertirse en cáncer. Alrededor del 0,5 por ciento anual de las personas con esófago de Barrett experimentarán cambios en los tejidos que pueden malignizar. Es por eso que las personas con esófago de Barrett se les insta a tener chequeos regulares.

El seguimiento busca células que comienzan a mostrar cambios anormales y pueden desarrollar displasia. La displasia se produce mucho antes de que se desarrolle el cáncer. El control regular: el tratamiento se puede dar cuando los cambios comienzan a verse en el estado de displasia de alto grado, antes que el cáncer se desarrolle.

Si se detecta a tiempo el Esófago de Barrett y se trata bien es muy alta.
En los pacientes con displasia diagnosticada antes que el cáncer se desarrolle la enfermedad es curable. Es cuando ya se ha desarrollado el cáncer de esófago y el diagnóstico es tardío cuando el pronóstico es bajo.

Los tratamientos apuntan a aliviar los síntomas de reflujo ácido y ardor de estómago y para evitar que la sobre exposición le haga cambiar. Existen cuatro enfoques:
  • Pautas: estilo de vida, alimentación.
  • Medicamentos (IBP)
  • Seguimiento: Endoscopia y Biopsia
  • Tratamiento: Radiofrecuencia HALO, Mucosectomia REM.

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