«Aquella mañana de diciembre tuve la sensación de recibir un diagnóstico que no me correspondía, pero el doctor fue rotundo:
-“Tienes esófago de barrett, te deberías operar”.
La angustia de encontrar una y otra vez la palabra “cáncer” tras el término de “Barrett” dejó paso a un gran alivio cuando ASENBAR apareció en la pantalla de mi ordenador. Un puñado de gente excepcionalmente generosa que hablaba de un tratamiento conservador, prevención y esperanza. Actualmente el barrett sigue formando de mí, y yo formo parte de Asenbar. Informar, sensibilizar y tranquilizar, especialmente a las personas de Bizkaia y a los afectados más peques, es más que un deber, una gran satisfacción y mi manera de compartir un poquito la esperanza recibida.»